Adriana llegó al gallinero con una idea destinada a triunfar. Quería innovar con un concepto de guardería que pasara por un segundo hogar. Para lograr esto, teníamos que establecer una conexión emotiva entre la marca y su audiencia. Diseñamos un plan de contenidos donde los intereses de la audiencia y los valores de la marca se encontraban. Adriana tuvo una fila de interesados en inscribirse antes de que abriera sus puertas. Conoce más de este proyecto aquí.